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DECIMO MES

DÉCIMO MES – I will miss you!

Nunca olvidaré los 9 meses que he pasado en Estados Unidos, al menos eso espero. Será difícil recordar todas las anécdotas; pero este blog, que ha sido mi diario mensual, me ayudará a revivir muchas de aquellas experiencias. Aquí están los artículos que he escrito:

 

Este décimo mes te lo dedico a ti, Papá. Sé que seguías muy de cerca todo lo que hacía. Me han comentado que, cada vez que colgaba textos o fotos en Internet, te emocionabas y te enorgullecías de mí. Aunque no hubiera importado que me lo contasen, yo mismo te veía la cara de felicidad cada fin de semana, cuando quedábamos en Skype.

 

LA ÚLTIMA SEMANA

Tengo poco que decir de mis últimos días en Minnesota. El martes 1 de junio terminé con el Club de español, la actividad extraescolar que impartía en el instituto una vez a la semana. Aquel día fue muy especial: comimos tapas y bebimos refrescos; jugamos a las trabalenguas y adivinanzas; y para concluir otorgué a mis alumnos sus merecidos diplomas.  

 

El miércoles día 2, mi jefa Carmen y yo organizamos una fiesta de despedida para los estudiantes de último curso, quienes terminaban las clases el día 4, una semana antes de que lo hiciesen el resto; no obstante, todos tuvieron su celebración. Carmen y yo cocinamos una paella muy rica y algunos jóvenes trajeron dulces para compartir. Los escolares aprovecharon el tiempo para escribir dedicatorias en los anuarios de sus amigos. El anuario es un libro que resume, a través de una serie de artículos, todo lo que ha pasado en el instituto a lo largo del año académico. Además, incluye las fotos de todos los profesores y alumnos.

 

Mi último día duro fue el jueves 3. El adjetivo duro significa que: trabajaba como profesor de 8:00h a 14:00h; como bibliotecario, de 14:00h a 16:00h; y como monitor de niños latinos, de 16:30h a 21:00h aproximadamente. No me despedí de Janet Knoll, mi jefa en la biblioteca, porque pensé que la vería la siguiente semana. Me pasó lo mismo con mis compañeros y jefes de LCD (Yesica, Lydia, Pablo, Pierre, Claudia, Greg, Concha…), pensé que volvería a verles.  

 

Como de costumbre, el viernes por la noche celebramos el sabbat; en esta ocasión, esta cena judía tuvo como objetivo dar la bienvenida a mi hermano de acogida, quién había regresado de Israel el pasado lunes. Ya te conté que les encantó el menorah (el candelabro judío que les hiciste); cada vez que tienen oportunidad, se lo enseñan a sus amigos.

 

El sábado día 5, tuve mi última clase particular con mi alumno Tim. Le regalé, enmarcada, la foto que nos hicimos el fin de semana anterior en el restaurante Chatterbox, donde solíamos encontrarnos. Después, fui con mi jefa Carmen a mi antigua casa de acogida para celebrar que mi “hermana” Alice se graduaba. Allí también estaban otros estudiantes de último curso y mi otra “hermana”, Anna, a quién conocí el pasado domingo durante el concierto-picnic que organizó su padre Mark. No tuve la ocasión de conocerla antes porque cuando yo viví en su casa, ella estaba estudiando en Chile.  

“Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”… esta frase me dijo mi jefa Carmen el domingo 6 de junio de 2010. Y es que tenía pensado hacer muchas cosas antes de volver a España: quería asistir a las fiestas de graduación de algunos de mis estudiantes; el viernes 11, iba a celebrar mi última cena judía con mi familia y mis amigos judíos (Philips, Tien, Rob, Ann, Kate, Maggie, Cathy, Deborah…); el lunes 14, tenía la intención de reunirme en el lago Calhoun con el resto de amities para podernos despedir entre nosotros; y el jueves 17, tenía otro viaje apuntado en mi agenda, iba a visitar el Monte Rushmore (donde están esculpidas las caras de cuatro presidentes de Estados Unidos) con mi madre de acogida y su amiga Cathy.

 

Había comprado un billete de avión para volar a Mallorca el día 23 de junio, y de esta forma, pasar juntos el día de mi santo. Sin embargo, tal como me dijo nuestra vecina Magdalena: la sorpresa que tú me diste, no fue tan buena como la que yo te di el día de tu cumpleaños. Siempre recordaré aquella mañana del 15 de febrero: cuando entré en la parcela detrás de mi cómplice Juan, y tú te preguntabas quién sería aquel misterioso hombre de chaqueta y sombrero negros. Cuando descubriste que era yo, no pudiste evitar lucir una dulce sonrisa, mojada por unas saladas lágrimas de alegría.

 

 

Para terminar, te contaré brevemente lo que he hecho este verano. Lo haré por temas, siguiendo el estilo de mi blog:

 

EDUCACIÓN

Me aceptaron en la Universidad Complutense de Madrid para estudiar el Master en Comunicación Social que quería.

 

IDIOMA

Gracias a una beca del Gobierno; la segunda semana de julio, realicé otro curso de inmersión de inglés en la Universidad Internacional Meléndez Pelayo, en Madrid.

 

CULTURA

Fui con Natalia y unos amigos a Pamplona, durante las fiestas de San Fermín. Recuerdo que cada día madrugabas para ver los encierros en la tele.

 

DEPORTE

No te lo vas a creer: la Selección Española de Fútbol ganó el Mundial de Sudáfrica. Yo estuve en Madrid para dar la bienvenida a los jugadores que trajeron la copa a España.

 

RELIGIÓN

El 7 de agosto subí andando desde Es Pont d’Inca Nou hasta el Monasterio de Lluc. Lo logré acompañado de Juan y su cuñado John. Por cierto, el 24 de julio tuvo lugar la boda de Juan y Patricia. Fue un día muy emotivo, en el que todos te echamos mucho en falta.

 

ANIMALES

Nuestra perra Alga también te añora mucho. Estuvo un tiempo sin comer el pienso que le dabas tú, pero ahora ya “aspira” todo.

 

AGRICULTURA

Nos encargamos de sacar adelante todo lo que tenías en la parcela; especialmente, los tomates que sembraste. Los regábamos un día sí y otro no. Hasta que en agosto cayó una tormenta y los estropeó. De todas formas, cogimos bastantes y todos estaban riquísimos.

 

  

Bueno, no se porqué te estoy contando todo esto…. Estoy seguro de que, desde donde estás ahora, puedes seguir perfectamente todos mis pasos.

 

¡Gracias por todo lo que me has dado!

 

Tu hijo ㋡ desde el corazón